Segunda vez que me acerco a El Sótano para hacer una crónica y debo decir antes que nada que esta vez me gustó mucho más el sonido y la sala me acabó de convencer. De hecho creo que este espacio se está reivindicando poco a poco como una propuesta muy seria en cuanto a engrosar el listado de oferta musical en directo de Madrid. Su programación gira principalmente en torno a la escena indie y la cita del jueves juntó a Tourmalet y Disco Las Palmeras! en una noche con precio de banda con presencia notable.
El escenario de El Sótano tiene la particularidad de hacerte sentir bastante cerca de los músicos, por altura y por alma, ya que es notable lo bien que se pueden apreciar los entresijos de la propuesta sonora de los que allí se suben.
Y en este caso lo que nos sirvieron las dos bandas fue un guiso ruidoso, espeso y hasta picante por momentos.
Hay que entender antes de nada que hay gente que disfruta con lo que se produce en las ondas de una habitación cuando guitarras, bajos, teclados y percusiones buscan una textura común a través de los acople, los armónicos intuidos y los golpes de efecto dinámicos. Cuando a un neófito le parezca que aparece el caos, es cuando los intérpretes están encontrando su música.
No me queda muy claro, eso sí, si a los seguidores de los dos grupos esta creación les estimula o les narcotiza, porque se podía apreciar a parte del público más concentrado, si cabe, en lo que estaba pasando que a los propios artistas. Poco baile para una música movida. Algún balanceo como mucho. Y es que puede ser que la gracia esté en vivirlo como si tú mismo estuvieras tocando, sorprendiéndote a la vez del fluir de la corriente de distorsión, reverbs y delays que acaban inundando el espacio.
Tourmalet gozan de un sonido muy compacto. Maduro. Definido. Es muy claro lo que quieren transmitir. Usan los recursos precisos, sin inventar pero sin arruinar tampoco. Son, en el mejor sentido, carne de festival. Dádles un escenario grande que sabrán defenderlo haciendo lo suyo. Quizá alguna melodía con más gancho se hubiera agradecido, para quitar aspereza a su directo, pero la base rítmica tenía la suficiente solidez como poder seguir todo el concierto sin aburrirte. Una banda con una dirección definida, que aunque no precisamente comercial, sí se puede ir ganando el respeto de los que se acerquen a ellos. Melodías más pegadizas sí tenían Disco las palmeras!, interpretados por su cantante, el cual posee una de esas voces especiales que suelen ser la clave para que un grupo triunfe o no. Una voz timbre y unos giros con mucha personalidad que esa noche les subieron alto pero que también les ponen al borde del precipicio. Y es que, aunque la banda suena bien, las canciones apuntan hacia algo que, de estar arropado por unos arreglos más osados, podrían convertirse en pequeños himnos del canalleo guitarril. Me dejaron un poco a medias. Fue un coitus interruptus escénico.
Si me vas a follar, fóllame bien. Sorpréndeme. Piensa en lo que me gusta y dámelo. Arriesga. Porque puede que repita, pero mientras te doy otra oportunidad puedo buscarme a otro.
Texto: Arturo Jímenez Calvo / Imágenes: Iván lionel