Una mansa melodía que se engendra en medio de la noche cerrada. Sonido sugestivo que se abre paso mientras el ritmo avanza voraz empujando un aire desértico con aroma a oriente. La psicodelia progresa sobre oscuras texturas y el juego de voces hace respirar a canciones de armonías cerradas y esencia progresiva que tiñe el disco desde el minuto uno, y donde cada nota sangra, respira, late y se vacía dando paso a la siguiente.
“Negro es el Poder”, último trabajo discográfico de Mohama Saz donde nuevamente encontramos un afán por descubrir la música como sinónimo de libertad e inquietud. Derribando, canción tras canción, escrúpulos y prejuicios sonoros. A priori un trabajo continuista con lo proyectado en su álbum debut, “More Irán”. No tanto en sonido (aunque con rasgos similares), sino más bien bajo el mismo hilo de búsquedas, encuentros y necesidades creativas. Y el riesgo siempre como común denominador.
“Ambos discos han sido grabados por Miguel Lorenzo en el estudio de Influx en Béjar, la diferencia entre los dos es el tiempo que tuvimos para cada uno antes de entrar a grabar. “More Irán” lo grabamos de manera apresurada cuando apenas llevábamos 3 o 4 meses con el grupo. Aún no éramos conscientes del recorrido que podría tener una historia tan peculiar y arriesgada y queríamos capturar el momento de frescura que teníamos por aquel entonces. Casi todas las canciones se terminaron en las jornadas de grabación, gran parte del disco es improvisado. En “Negro es el Poder” también hay improvisación, pero hemos cuidado más la construcción de las canciones, los arreglos, hemos explorado más a nivel rítmico, integrando también otros instrumentos folclóricos como el Santur, Bouzuki o el Tambur. Digamos que el sonido de Mohama Saz ha crecido y se ha consolidado.” Nos comentan desde el grupo.
Hermanados con el grupo progresivo Melange, Mohama Saz con una auténtica vocación de libertad. Desplegando sus alas para abrirse a la inmensidad de lo desconocido, lo no convencional y lo verdaderamente alter-nativo dentro del circuito. Vive el concepto del vértigo en su formato más rustico y salvaje. La originalidad como punto de partida creativa y la perfección como un experimento imperfecto plagado de baches. Llegar hasta el final es llegar a la raíz, germen y fundamento de su propio ser.
“Los cuatro del grupo siempre hemos estado en bandas en las que, dentro del estilo de cada una, nos ha tirado mucho la experimentación a nivel rítmico y sonoro. En Mohama Saz al apostar por sonidos más de oriente que de occidente la línea está mucho más abierta. No renegamos de lo anglosajón pero nuestra condición mediterránea nos lleva inevitablemente a lugares de riqueza musical infinita, un viaje del que sin duda ya no hay retorno. En “Negro es el poder” hay ecos reconocibles tanto de Turquía o el norte de África, y por supuesto de España, evidentemente. Pero para nosotros todos estos ingredientes folclóricos, así como otros recursos más propios del jazz, nos sirven para hacer básicamente rock, que se etiqueta como psicodélico porque hoy en día todo lo que se salga de una estructura convencional resulta que es psicodelia. Por suerte siempre hay gente en el “circuito” que se interesa y apuesta por salirse de lo establecido. En cualquier caso, haciendo la música que hacemos obviamente el encajar en algún sitio no es algo que nos preocupe demasiado. Mohama Saz puede tocar en cualquier circuito dentro del rock, el pop o el indie, el jazz o la música experimental, únicamente hay que abrir un poco la mente.”
A modo lúdico, y para no aturdir con caducas etiquetas que más que aclarar descolocan un concepto, le hemos pedido a los integrantes del grupo que nos describan el sonido de “Negro es el Poder” a través de cinco canciones ajenas a la banda. Una auténtica deconstrucción del sonido mohamasaziano. En otras palabras, puro periodismo de autor (risas):
“Dejando aparte las referencias clave del sonido de Mohama Saz, como pueden ser el anadolu rock de Erkin Koray, Baba Zula y en España, Triana, y que quizá son referencias que estaban más presentes en More Irán, en “Negro es el Poder” el espectro sonoro se ha ampliado a enormemente. Así que podríamos poner por ejemplo:
Mulatu Astatke – «Yèkèrmo Sèw»
Una de las interpretaciones que caben en el título “Negro es el Poder” es obviamente la influencia de la música africana. Las melodías de los vientos de Mulatu Astatke en esta canción son sublimes.
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Gabor Szabo – «Galatea’s Guitar»
La música de Gabor Szabo es de una riqueza brutal, tremendamente inspiradora. Esta canción y todo el álbum al que pertenece, Dreams, es alucinante.
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SUN RA – «Ancient Aiethopia»
Ritmos tribales, melodías de otro planeta. Ceremonia cósmica.
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Talking Heads – «Blind»
Talking Heads es libertad total, como Mohama Saz.
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Los Chichos – “La Cachimba”
Los arreglos de esta canción son acojonantes. La instrumentación que se hacía en la época para Los Chichos, Las Grecas y demás en España era de primera división. Como dice nuestro amigo Maicol, “La Cachimba es Dios”.
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Escucha aquí «Negro es el poder»