Me acerqué a la sala Clamores con bastante curiosidad por ver qué tenía que ofrecernos Nora Norman, una chica bastante joven, de singular look y a la que con motivo de su participación en la segunda ronda del ciclo Madtown Days se la ha podido ver y escuchar en diversos medios especializados estás últimas semanas.

Una sala llena y con muy buen ambiente (que hay que agradecer a los actuales gerentes) era la plaza ante la que la afincada en Madrid tenía que enfrentarse y demostrar que tanta atención estaba justificada. El recital comenzó con una introducción instrumental que fue caldeando a los presentes hasta que la cantante Nora Norman apareció en escena.

Con una energía cándida y entrañable fue mostrando su repertorio intercalando temas propios con diversas versiones y manteniendo un pulso comedido y bien adaptado a sus cualidades vocales. No me pareció estar ante la nueva gran promesa del nuevo soul, pero sí ante un espectáculo bastante agradable, transparente y sin aires de grandeza. Puede que parte del público esperara e incluso saliera convencido de haber escuchado al nuevo prodigio acunado por la prensa, pero seguramente nuestra joven artista fuera de las más conscientes del punto en el que se encuentra su proyecto. Así pareció transmitirlo al menos.

Aún le queda bastante recorrido para acabar de explotar y poder encandilar del todo con sus personales matices vocales y alejarse de la corriente más standar, pero a pesar de no haber arriesgado mucho se le puede dar una oportunidad por la franqueza con la que interpretó todos los temas.

La banda quedó relegada (¿conscientemente?) todo el rato a un segundo plano, cumpliendo con un aprobado pero no ofreciendo nada especialmente sobresaliente, así que Nora, quizá con menos picardía de la que algunos solemos querer presenciar, actuó como protagonista indiscutible por exigencias del guión.

En resumen, un concierto que no abrumó pero que supone un gran paso para la intérprete, que trabajando en esa línea puede hacerse un hueco entre las buenas voces que tenemos en la ciudad. Y Madtown Days vuelve a acertar, al darle esta vez la oportunidad a las nuevas propuestas y conseguir congregar a muchos feligreses en una velada más que agradable.

 

 

Texto: Arturo Jímenez Calvo   /   Imágenes: Mohamed El-Jaouhari