Querido artista

¿Cuántas veces has estado a punto de tirar la toalla? ¿Cuántas veces el destino te ha salvado el culo, en forma de golpe de suerte, en forma de ángel de la guarda que se cruza en tu camino y te libra en el último momento de morder el polvo? Yo he tenido la suerte de encontrarme muchos, siempre en el lugar y momento más insospechado. Si me pusiera a escribir los nombres de todos ellos rellenaría más de una página, eso seguro…

Aquí van unas píldoras de justicia poética, para los que nunca se rinden. Pueden ser meras curiosidades históricas, o grandes ejemplos, según por dónde se mire.

El primer batería de los Rolling Stones dejó el grupo porque no le veía futuro. Acabó vendiendo perritos calientes en un puesto ambulante, en alguna parte de Inglaterra.
J.K. Toole se asfixió con el tubo de escape de su coche al sentirse ignorado y despreciado. 11 años después su novela La conjura de los necios ganaba el premio Pulitzer gracias a la perseverancia de su madre sobreprotectora y neurótica.
Kafka murió de tuberculosis y mandó quemar todos sus manuscritos después de su muerte. De no haber sido por la desobediencia de su amigo Max Brod, hoy en día la ciudad de Praga tendría la mitad de turistas.
Bukowski estuvo diez años de su vida sin escribir una sola línea, realizando los trabajos más inmundos y frecuentando tugurios indeseables, antes de escribir la novela que le catapultó a la fama: El cartero.
Frank Zappa declaró que todos los músicos de The Mothers of Invention, su primer grupo, se plantearon en algún momento dejar la banda para dedicarse a hacer música en serio, y recuerda en sus memorias como el gran pianista de jazz Duke Ellington mendigaba 10 dólares de adelanto al productor de un festival donde ambos tocaban, porque no tenía dinero ni para comer.
El grupo Veneno vendió 3000 miserables (para la época) copias de su primer y único disco antes de separarse al ser totalmente ignorados por el público (seguramente, el mismo que poco después idolatraría el innovador movimiento musical de la Movida Madrileña). Raimundo Amador reventó su guitarra strato contra el suelo en su último concierto ante un público de unas treinta personas. Ahora resulta que Veneno (con permiso de Paco, Smash, Lole y Manuel…) sentó las bases del flamenco-fusión.

¿Merecemos los músicos de hoy algo más? Si la cosa va de luchar por un sueño, yo sigo luchando por el mío. Para decirme que no soy capaz ya hay muchos incrédulos sobre la Tierra, pero siempre intentaré seguir el ejemplo de aquellos a los que admiro, haciendo lo mío hasta el final. Terminar mi viaje con las botas puestas y sin la duda de si lo hubiera logrado.

¿Qué harás tú?

Texto:  Mario Boville       /       Dibujo: Tordezailart




 

La Justicia. Por Alejandro Tordezailart

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